Image by A30_Tsitika via Flickr
Un barbero pensó que debía compartir su fe con sus clientes más de lo acostumbrado, por lo tanto, a la mañana siguiente cuando salió el sol y el barbero se levantó de la cama dijo: “Hoy voy a testificar a el primer hombre que entre por la puerta de mi negocio.”
Poco después abrió su tienda el primer hombre entró y dijo: “!Quiero un afeitado!” El barbero dijo: “Claro, tome asiento, estaré con usted en un momento.” El barbero fue enseguida a la parte de atrás del negocio y oro una breve oración desesperada diciendo, “Dios, el primer cliente entró, úsame para que yo pueda predicarle, dame sabiduría para decirle lo que el debe oír. Amén. ”
Entonces rápidamente el barbero salió con su navaja de afeitar en una mano y una Biblia en la otra diciendo “Buenos días señor. Tengo una pregunta para usted … ¿Está usted preparado para la muerte?”
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