Estaban dos hermanos orando en voz alta frente al altar un domingo.
El primero decía:
- Señor regalame un dólar para comerme algo. Un dólar, para ti no nada y yo tengo mucha hambre...
Mientras el otro decía:
- ¡Señor tu eres poderoso, dame un millón de dolares, un millón, Padre Celestial, un millón!
Entonces el otro empieza a decir más fuerte:
-¡Un dólar no más Señor! -
Pero el otro hermano no se quería quedar atrás:
-¡Un millón, Señor, UN MILLÓN!-
-Un dólar!- repite más fuerte.
-¡UN MILLÓN! - dice casi gritando.
-¡UN DÓLAR! ¡UN DÓLAR! - grita el otro.
Hasta que cansado, el segundo hombre se saca un billete de la bolsa y se lo da al otro diciendo:
- Tome esto y no me lo distraiga por tonterías...