Al pronunciar un discurso en un banquete en la noche de su llegada a una gran ciudad, un ministro visitante dijo varias anécdotas que esperaba repetir en las reuniones del día siguiente. Por lo cual, pidió a los reporteros omitir cualquiera de sus historias en sus periódicos.
Un periodista novato, al comentar el discurso, puso fin a su reportaje con la siguiente frase:
"También el ministro nos compartió una cantidad de anécdotas que no podemos publicar."