Una hermana decidio ayunar durante tres días como Esther para que Dios le diera a su media naranja.
Cuando los tres días pasaron fue a la iglesia confiando en la promesa de Dios: "Todo lo que pidáis en mi nombre, creed que lo recibireís y os vendrá".
Así que la hermana oró diciendo: "Señor yo quiero esa promesa cumplida AHORA, cuando abra los ojos, que la primera persona que vea sea la que me diste como esposo."
Entonces abrió los ojos toda emocionada y al que ve es al pastor... pero el pastor ya estaba casado.
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