El diácono y el abogado


Un diácono y un abogado murieron en accidente de coche y se presentaron en las puertas del cielo juntos. San Pedro les da la bienvenida a las puertas del cielo y los lleva a donde van a pasar toda la eternidad.



Se meten en el vehículo santo de San Pedro y empiezan a subir por un camino de oro, que se convierte en un camino de platino, que se convierte en un bulevar pavimentado con los diamantes y llegan a una enorme mansión donde San Pedro se vuelve al abogado y le dice: "Aquí está tu hogar por el resto de la eternidad, ¡Disfrútalo! Y si necesitas algo más, sólo házmelo saber."

Entonces, San Pedro llevó al diácono a su casa. Dio vuelta por la bulevar tachonado de diamantes, regresando por la carretera de platino, por la calle de oro, luego por una avenida de la plata, a lo largo de un callejón de piedra y por último por un sendero de tierra hasta una choza. San Pedro dice: "Aquí tienes ¡Disfrútala!" y ya va a irse cuando el diácono le dice "¡Espere un minuto!, ¿Cómo es que el abogado tiene una gran mansión y a mí me dan esta simple choza?"

San Pedro dice: "Bueno, diáconos tenemos por docenas aquí, pero nunca antes habíamos hemos tenido un abogado".


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