Tratando de ayudar

Un hombre grande y fornido visitó la casa de uno de los hermanos de la iglesia y pidió ver a su esposa, una mujer muy conocida por sus impulsos caritativos.

"Señora", dijo con voz entrecortada: "Me gustaría contarle sobre la terrible situación de una familia pobre en este distrito. El padre ha muerto, la madre está demasiado enferma para trabajar, y sus nueve hijos se mueren de hambre. Están a punto de terminar en las frías calles a menos que alguien pagué su alquiler, lo que equivale a $500". 

"¡Ay!" - exclamó la señora conmovida - "¿Y puedo preguntar quién es usted?" 

El visitante, con lágrimas en los ojos contesta: "Yo... yo soy el propietario".


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes enviarnos tu comentario
!Que Dios te bendiga!

Versículo para memorizar